Dirección de magnetización: ¿Cómo se magnetizan los imanes?
Los imanes permanentes no nacen magnetizados. De hecho, adquieren sus propiedades magnéticas solo durante la fase de magnetización, un paso fundamental en el proceso de fabricación. En esta etapa, el material recibe un campo magnético muy intenso. Como resultado, los dominios internos del imán se alinean y se define la dirección de magnetización, es decir, la orientación en la que fluye el campo magnético. Esta dirección determina dónde se ubicarán los polos norte y sur.
La orientación del campo es esencial porque influye directamente en el rendimiento del imán. Por ejemplo, en discos, barras y aros, los polos suelen situarse en sus caras circulares. En cambio, en cubos y bloques se ubican, por lo general, en las caras más grandes. Pese a esto, un mismo imán puede magnetizarse en distintos ejes, lo que permite adaptarlo a una amplia variedad de aplicaciones industriales y comerciales.
Tipos de magnetización más comunes
La magnetización axial es la más utilizada. En este caso, los polos se encuentran en dos caras opuestas a lo largo del eje principal del imán. Es una opción muy práctica para altavoces, bases magnéticas y sistemas de sujeción.
Por otro lado, la magnetización diametral coloca los polos a lo largo del diámetro de la pieza. Por esa razón, se emplea en motores, bombas y dispositivos rotativos, donde el cambio de polaridad en un plano circular es clave para su funcionamiento.
Formas de imanes y su dirección de magnetización
Discos magnéticos
La mayoría —más del 95 %— se magnetiza de forma axial. Así, los polos quedan en sus dos caras circulares. También existen discos con magnetización diametral, en los que los polos se sitúan en lados opuestos de la superficie curva. Además, algunos modelos especiales se producen con magnetización bipolar, muy útil en imanes de señalización o tipo “memo”.
Barras magnéticas
La forma axial es la más habitual debido a la geometría alargada de estas piezas. Sin embargo, algunas barras se magnetizan de manera diametral para aplicaciones más específicas.
Aros magnéticos
Los aros suelen magnetizarse axialmente. Aun así, también pueden fabricarse con magnetización diametral. Existe incluso la magnetización radial, aunque su proceso es complejo y costoso.
Bloques y cubos magnéticos
En los cuboides y los cubos, la magnetización más común es la axial. Esto significa que los polos se ubican en las caras mayores. Algunos modelos incorporan magnetización longitudinal, de modo que los polos quedan en las caras más pequeñas.
Esferas magnéticas
En las esferas, los polos siempre se localizan en dos puntos opuestos. Su orientación física no afecta esta distribución.
Imanes con base de acero
Estos imanes combinan un núcleo magnético con una carcasa de acero. De este modo, el campo se dirige hacia una única cara, lo que incrementa notablemente la fuerza de agarre. Sin embargo, como ambos polos se encuentran en la misma superficie, no pueden apilarse de manera estable.